Los diáconos, afirmó el Papa, fueron creados para esto, para el servicio. Los diáconos en la iglesia no son sacerdotes de segunda clase, no. Es otra cosa. Es el custodio del servicio en la Iglesia. Y es precisamente esta armonía entre el servicio a la Palabra y el servicio a la caridad representa la levadura que hace crecer el cuerpo eclesial.
Para hacer frente a esta situación, precisó el Papa, los Apóstoles inician un proceso de discernimiento que consiste en considerar bien las dificultades y buscar juntos soluciones.
“Los Apóstoles subrayó el Obispo de Roma son cada vez más conscientes de que su vocación principal es la oración y predicar la Palabra de Dios, ambas: orar y anunciar el Evangelio”.