La devoción al Divino Niño es una devoción muy difundida por el mundo entero. En Colombia, (En Honduras también) se celebra el 20 de julio y en toda la Iglesia es el primer domingo de septiembre, al concluirse la tradicional novena de los 9 primeros domingos de mes.
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Existen diversas representaciones y aquí te presentamos algunas de las más conocidas:
El Niño Jesús de Praga: Esta devoción al Santo Niño de Praga comenzó a principios del siglo XVII. La Princesa Polyxenia de Lobkowitz recibió, como regalo de su madre en su matrimonio, una hermosa estatua del Divino Niño procedente de España. La estatua era de cera, de 48cm. El Niño Jesús está de pie, con la mano derecha levantada, en actitud de bendecir, mientras con la izquierda sostiene un globo dorado que representa la tierra. Su rostro es tierno y gracioso.
El Santo Niño de Atocha: Es una advocación de la infancia de Jesús, que se encuentra en la Real Basílica de Nuestra Señora de Atocha en Madrid, y que es muy popular en España y América Latina, especialmente en México. El niño aparece vestido de peregrino con ropa del camino de Santiago, con sombrero, capa, bastón con una alcuza para el agua y unas espigas de trigo en la mano izquierda y una canasta en la mano derecha, una concha de vieira sobre el pecho y lleva puestas sandalias, sentado en una silla.
El Divino Niño de Arenzano: En Italia existe el famoso santuario y Basílica del Niño de Arenzano regido por los frailes descalzos del Carmen y que en ampolletas donan a los enfermos el aceite bendito de las lámparas del altar del Niño Jesús dándose milagros de curación. La devoción al Niño Jesús empezó en grande desde el año 1899, en que Arenzano entronizaron la imagen del Milagroso Niño. Cuando la gente vio aparecer, todos exclamaban: “Que lindo, Los devotos se quedaban admirados al ver el rostro tan amable de la imagen del Divino Niño y le tomaron un inmenso cariño y gran confianza.
El milagroso Niño Jesús de Bogotá en Colombia: Es una devoción promovida por el sacerdote salesiano Juan del Rizzo. En la actualidad, existe un gran santuario en el barrio “20 de Julio” de Bogotá (Colombia) en honor al Divino Niño Jesús, devoción que se ha expandido por muchos países del mundo. El Padre Juan comenzó a narrar a las gentes los milagros que hace el Divino Niño Jesús a quienes le rezan con fe y a quienes ayudan a los pobres, y empezaron a presenciarse prodigios admirables: enfermos que obtenían la salud, gentes que conseguían buenos empleos o estudio para los niños, o casa o éxito en los negocios. Familias que recobraron la paz. Pecadores que se convertían. Y cada persona que obtenía un favor del Divino Niño Jesús se encargaba de propagar su devoción entre amigos y conocidos.