Creemos casi siempre que el objetivo del ayuno está en la falta de alimento. Por el contrario, el propósito del ayuno debe ser quitar tus ojos de las cosas de este mundo y concentrarte en Dios.
Ayuna de palabras hirientes y transmite palabras bondadosas
Ayuna de descontentos y llénate de gratitud
Ayuna de enojos y llénate de mansedumbre y de paciencia
Ayuna de pesimismo y llénate de esperanza y optimismo
Ayuna de preocupaciones y llénate de confianza en Dios
Ayuna de quejarte y llénate de las cosas sencillas de la vida
Ayuna de presiones y llénate de oración
Ayuna de tristezas y amargura y llénate de alegría el corazón
Ayuna de egoísmo y llénate de compasión por los demás
Ayuna de falta de perdón y llénate de actitudes de reconciliación
Ayuna de palabras y llénate de silencio y de escuchar a los otros
El ayuno es una manera de demostrar a Dios, y a ti mismo, que tomas en serio tu relación con Él.