
El Santo Padre pidió a los presentes en la Plaza de San Pedro, que se unieran a él en oración rezando un Ave María por «aquellos que han sido puestos a prueba por la tragedia en Génova», que tuvo lugar el martes 14 de agosto, tras derrumbarse un puente que ha causado numerosas víctimas y pérdidas en la población.
«Mientras encomiendo a las personas que han perdido sus vidas a la misericordia de Dios, expreso mi cercanía espiritual a sus familias, los heridos, los desplazados y todos los que sufren a causa de este dramático incidente», dijo Francisco.