¿Un país contaminado para nuestros hijos?
Las quemas de los bosques, la tala inmisericorde, la plaga del Gorgojo Descortezador, que los diezma. Las fuentes que se agotan y la inconsciencia de la población ante lo que puede traer como consecuencia un desastre de grandes proporciones, hacen saltar la pregunta: ¿qué tipo de país, de mundo, queremos para nuestros hijos?
La pregunta está planteada en la encíclica Laudato Sí, del papa Francisco sobre el cuidado de la Casa Común y una respuesta negativa es la espesa y dañina bruma que cubre Tegucigalpa, debido a los incendios forestales. Cuando hemos conmemorado el Día de la Tierra es necesario cuestionarnos sobre la indiferencia y lo agresivo que somos al deteriorar la creación. Págs. 16, 17, 20 y 21